Un negro, tantas veces despreciado por el racismo del apartheid, mata a otro negro extranjero, tantas veces despreciado por el racismo de la xenofobia, porque –dicen- los extranjeros vienen a quitarles el trabajo a ellos. El 40 % de la población sudafricana es pobre. La mayoría son negros; todo en virtud de años y años de apartheid, que, aun después de derogado, sigue teniendo consecuencias actuales. Ninguna inocencia tienen los países del primer mundo por esta matanza de gente de Zimbabwe, Zambia o Mozambique. Estas antiguas colonias, convertidas en neocolonias, se hunden aún más en la pobreza que la misma Sudáfrica en virtud de la sobreexplotación de todos sus recursos por parte de multinacionales venidas del Norte, y que, con billete en mano, son todopoderosas y siempre impunes, mientras los pueblos africanos se siguen matando entre ellos; y el mundo sigue mirando, como si de un documental se tratara.
martes, 5 de agosto de 2008
Sudáfrica: reflejo de una síntesis africana.
Publicadas por Nicolás Galíndez
Etiquetas: Derechos Humanos, Internacional, Racismo