(Escrito hace 3 meses). Haciendo celulosa con el árbol caído está Botnia. Al progresismo de Tabaré se le cayeron las hojas, y el otoño muestra la copa desnuda de un gobierno que se olvidó de sus raíces. Había sido parido y criado por el aniimperialismo, y de repente dio un tumbo hacia el lado de la anti-nación. Uruguay se está convirtiendo en el centro mundial de celulosas. Decenas de empresas extranjeras se están baboseando por los beneficios que el Frente Amplio (cada vez más dividido) les otorga. Es el Banco Mundial el que financió a la mega empresa finlandesa. Este Banco con ánimos de Mundial, reconoció lo que sus propias políticas producen en el mundo: dijo que la producción de biocombustibles procedentes de alimentos, como el maíz, en Estados Unidos, o la caña de azúcar, en Brasil, ha propiciado en los últimos meses una suba de los precios mundiales de los principales granos y ha originado el acopio de estos productos (lo que en blanco se quiere referir al la crisis de los alimentos). Por eso este banco del Imperio Mundial, dijo que las naciones, en claro aplauso a Uruguay, busquen una nueva generación de biocombustibles con materiales procedentes de la celulosa. Botnia, muy agradecida por el guiño de ojo. Tabaré, el antiimperialista, dibuja una mueca en su boca. Uruguay hará un acto de beneficencia: ayudará al desarrollo ajeno.