Producimos para el mundo, menos para Latinoamérica. Gobiernos pseudos-progresitas como los de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil o Paraguay (donde hay elecciones), así lo permiten. Unos diez millones de Latinoaméricanos caerán bajo la línea de la pobreza en este año, según la CEPAL, en virtud del aumento global de los precios de los alimentos. “Hasta ahora las utilidades de los mayores precios de los alimentos quedaron en manos de los intermediarios”, afirma el informe. ¡¡Claro que esto no es real, si los productores en América son todos igualitos de oligarcas!! El Gobierno Argentino, por ejemplo, sigue subvencionando a esos “sectores intermedios” de la cadena del consumo, como lo es el despilfarro monetario que les regala a los grandes supermercadistas que hay en el país, para que ellos bajen los precios, y sin embargo nada… ni un poquito. Un claro ejemplo de la redistribución de la riqueza. Un claro ejemplo de este sector de la América del mundo, que se olvidó de su propio nombre y no deja de coquetear con los históricos negociados que absorben el salario del pueblo. Un claro ejemplo de que las crisis de las grandes potencias mundiales, como pasa en este caso en EEUU, es volcada hacia los países subdesarrollados que ellos mismos oprimen. Eduardo Galeano acertó: “el subdesarrollo de América Latina no es una etapa del desarrollo; es su consecuencia” –la consecuencia del desarrollo ajeno-.
martes, 20 de mayo de 2008
La América del mundo.
Publicadas por Nicolás Galíndez
Etiquetas: Argentina, Derechos Humanos, Economía, Internacional