La Unión Argentina de Inquilinos (UAI) denunció que en los primeros tres meses del año, el valor de los alquileres aumentó en promedio 5,4%, lo que representó más del doble del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que en el mismo periodo subió 2,5 por ciento. No es que Cristina esté en una burbuja viendo y viviendo su propia verdad. Lamentablemente, éste es el único justificativo que tienen para sostener el escalofriante aumento del patrimonio de Néstor Kirchner durante su mandato de sólo 4 años. Es que ellos afirman que el incremento se debió a los alquileres de sus inmuebles. Evidentemente, se debe tratar de millonarios arrendamientos. Es claro que con esta política, los Kirchner nunca intervendrán en la galopante suba de precios de las viviendas. A ellos no les conviene. Con este gobierno que se auto define “popular”, no veremos una ley de defensa al inquilino, como un esencial paso previo para una verdadera política de incentivación del beneficio al acceso a la vivienda digna para todos –en especial para la clases pobres y medias-. Con esto, los grandes grupos financieros siguen comprando terrenos y construyendo edificios, alquilándolos a exorbitantes precios o vendiéndoselos a grupos inversores que acumulan viviendas para alquilarlas en virtud del gran negociado que la propiedad inmueble hoy significa. ¿Esto es la redistribución de las riquezas?