Suavecito para abajo, para abajo, para abajo...

¿Qué dirá Fukuyama? ¿Cuál será el Fin de la Historia? Cayó el muro y el capitalismo se encargó de levantar los suyos. Se derrumba en este ciclo un modelo mundial. El seno mismo del capitalismo financiero tambalea con su propia medicina; la misma que durante años nos recetó a los países que nacimos en el tercero de los mundos. Se escuchan voces desde Francia sobre cómo reformular el Capitalismo. Keynes se levanta de la tumba y da algunas indicaciones. Algunos creen que lo entienden. ¿Podrá Keynes? ¿El pueblo estadounidense se encargará de barrer los platos rotos que la especulación financiera privada produjo en Wall Street? ¿Cuántos bancos más se desbancan y caen? ¿Efecto Jazz, Cristina? Los negros pobres y marginados que lo crearon seguramente estarán orgullosos de darle el nombre a una explosión económica que le es ajena.

Un juez y un presidente entendidos en entendimiento humano.

Terminaba el partido de Gimnasia de Jujuy con Argentinos Juniors. –Bolivianos-, le grita el árbitro, Saúl Laverni, a los jugadores del club jujeño que le protestaban. El juez, muchas veces, para no parar en Jujuy por “incomodidad”, se aloja a 100 kilómetros, en Salta, “que tiene vida nocturna”. Un año antes, Laverni, frente a Independiente, le dijo a un jugador jujeño que rezongaba: -cállese, juegue, son bolivianos-. De los dichos del juez se entera el presidente del club, Raúl Ulloa (hermano de Néstor Ulloa, el ex presidente del Fideicomiso Banco Nación, enrolado en el escándalo del caso Skanska). Ulloa lo increpa al árbitro en pleno campo de juego: –no voy a permitir que aquí me llamen boliviano-. Uno se creyó muy vivo intentando humillar, el otro, el defensor de causas perdidas, reconoció la “bajeza” a la que lo asemejaban y así respondió. Ambos estaban convencidos que ser boliviano es un insulto. Como en España, si nos llaman “sudacas”… con todo orgullo.

sábado, 26 de abril de 2008

Censu...

La agencia de noticias Télam, oficialista hasta la cutícula de las uñas, fue acusada de censurar a sus periodistas. Ahora ellos están en asamblea por la relación con los responsables de redacción. Durante los cacerolazos del paro del campo, la agencia nada dijo sobre lo que estaba pasando en casi todas las ciudades del país.En Salta, otra provincia con un gobierno kirchnerista, la censura también corta lenguas y destinta los tinteros. El periodista Sergio Pinella comprobó que el silencio cotiza igual que el oro cuando tuvo que abandonar su trabajo en virtud de que lo obligaron a no hacer pública una noticia sobre la contaminación que provoca un monstruo que traga nuestras tierras, como la minera a cielo abierto Alexander Gold Group. Con todo esto, Cristina intenta imponer miedo sobre los medios: creará un “Observatorio de Medios”, cuya función no fue aclarada, pues los oficialistas en el Congreso impidieron que éste llame al Secretario de Medios, Enrique Albistur, para que dé a conocer qué destino tendrá este organismo. El jujeño y kirchnerista Guillermo Jenefes, que ya fue cuestionado varias veces en esta página, irónicamente es el titular de la Comisión de Comunicación y Libertad de Expresión, nunca dijo por qué se niegan a hablar del tema, si el organismo será tan transparente y democrático como dicen.