Techint: delitios de impunidad.

Tres meses de conflictos laborales. Ni una palabra. Calló todo. Los trabajadores pedían por salarios más altos, que por ley le corresponden, en una rara lengua muerta. La ítalo-argentina Techint sólo escuchó cuando le llegaron los rumores de la nacionalización de SIDOR, la empresa siderúrgica más grande de Venezuela. Entonces ya era tarde. La decisión estaba tomada. El acero de Venezuela, que era vendido a Venezuela a precio internacional, es ahora de los venezolanos. Techint es una de las empresas más grandes de Argentina: tanto poder lo hizo a costa del hambre de sus trabajadores. ¿Alguna vez, señora-redistribuidora-de-riquezas, SIDERAR será argentina?