Unas cuantas vueltas tuvo que dar el reloj para que la cámara Federal de La Plata tuviera que admitir que "existe la posibilidad" de que en la desaparición del testigo Jorge Julio López hayan participado integrantes de una fuerza policial o militar que pudiera haberse sentido "agraviada" o "amenazada" por el testimonio del albañil contra el genocida Etchecolatz. Un día antes de estos dichos, como indicio, la Cámara apartó de la investigación a la Policía Bonaerense. “Un organismo no se puede investigar a sí mismo”, sostuvo el juzgado. Tal vez una inspiración divina motivó a los vocales a llegar a tal conclusión, en una policía bonaerense, que ya hasta la justicia del poder lo admite, no fue saneada del todo luego de la dictadura. ¿Cuántos discursos más de derechos humanos oiremos de este gobierno, que maneja también la provincia de Buenos Aires, y cuántos hechos más lo contrariarán? Maldita dialéctica la kirchnerista, que no supera la negación a la afirmación.