La crisis mundial se patentiza. Los ciclos del capitalismo muestran sus dientes. El aumento de los precios ha sido el detonante de grandes manifestaciones en Pakistán, México, Egipto, Afganistán o Haití (donde murieron 5 personas de bala, por pedir para no morir de hambre). En África, donde la antropofagia de los países del primer mundo muestra su más terrorífica faceta, la gente se pelea por un pedazo de basura que sirva para llenar los estómagos, en el marco de la más indigna depredación de los recursos del continente por parte de aquellos países. Según el FMI, la Economía Mundial está entre el hielo y el fuego. El “hielo” es el detenimiento del crecimiento mundial. El “fuego” es el alza de los alimentos, que aumentaron un 48% desde 2006, provocando “la energía que hay desde Madrid hasta Puerto Príncipe”. Terco eufemismo eso de "energía", para no decir la realidad: en el mundo hay bronca por hambre y bronca por los gobiernos que siguen un sistema incapaz de dar de comer, porque no sabe cómo, porque para eso no fue hecho.