Ay Uribe, ay Uribe. Seguís con tu original tesis del Pentágono. Casi ponés en jaque el canje humanitario y acuñaste, en una visión divina, una espada de Damocles sobre la vida de los que decís defender y querer “rescatar”. Las FARC ya han anunciado que seguirán proponiendo el proceso de paz. Y se aliviaron –por así decirlo- los familiares de los detenidos por la guerrilla, que casi se infartan cuando Uribe, ay Uribe, dio a conocer su “triunfo” bélico en un territorio extranjero. No estuvo tan errado Chávez cuando comparó el accionar del gobierno colombiano con el de Israel, patrocinado por los United States, que en nombre de la seguridad interna ataca países extranjeros para aniquilar “terroristas”. No creo que sea otra la explicación de un movimiento, meramente amedrentador, de las tropas venezolanas y ecuatorianas.
Ay Uribe, utilizaste la teoría de la legítima defensa (preventiva), alias doctrina Bush, contra unos guerrilleros que atacaron en calzoncillos y remeras. Y mostraste al mundo lo que desde el norte te han mandado a hacer: exhibir las pruebas, contundentes –por así decirlo-, de la conexión FARC-Venezuela-Ecuador-Nicaragua (Chàvez y Correa ya las han reachazado). No pasarán muchos días, creo yo –quizá como ironía-, en la que también demuestres la conexión con Bolivia y Cuba. Por supuesto, Brasil y Perú, limítrofes con tu país, serán meros espectadores, porque a los ojos del mundo, de los señores del mundo, no les interesa desafiar a gobiernos más o menos cómplices de este orden mundial que nos ningunea a cada paso.
Igual, como lo hice suponer, no pienso que Venezuela o Ecuador empiecen una guerra contra Colombia (“contra” no quiere decir “victimizar”). Pero, conociendo las tácticas de EEUU, no vaya a ser que un día de estos nos madruguemos con la noticia de que Venezuela atacó sin razón a un batallón colombiano en algún lugar de la Mancha, de cuyo nombre no me acuerdo. Es que la historia me viene en vaivenes y refucilos: el auto ataque del buque Maine, que comenzó la guerra Hispano-Estadounidense; el suceso del Lusitania, en la Primera Guerra Mundial; la mentira del USS Madox, en el golfo de Tolkín, para invadir Vietnam; el dudoso caso Bin Laden-Torres Gemelas-CIA-Bush-Petróleo; las bombas de destrucción masiva en Irak; y el terminante etcétera, que no sería otra cosa que una aplicación en otros países -en este caso Colombia- de la operación Northwoods.
Ay Uribe, lo único que unía a todos era el acuerdo humanitario. Sólo estás logrando la división que tanto fomenta EEUU, que es el único que hasta el momento te prestó el apotyo. Argentina, por su lado, ya condenó los hechos, y Francia se lamentó porque mataron a su conexión con Betancourt. A su vez, el ultra conservador presidente de Perú, Alan García, calificó de "inaceptable" la invasión del territorio ecuatoriano. De igual manera, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, señaló: "No podemos estar de acuerdo en que no se respeten las fronteras y lamentamos que Ecuador se haya sentido agredido". También, el jefe de Estado de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, condenó la "agresión a la soberanía" y abogó porque "este conflicto se pueda resolver sin poner en riesgo la paz y la estabilidad en la región". Ay, Uribe, te estás quedando solo…
Ay Uribe, utilizaste la teoría de la legítima defensa (preventiva), alias doctrina Bush, contra unos guerrilleros que atacaron en calzoncillos y remeras. Y mostraste al mundo lo que desde el norte te han mandado a hacer: exhibir las pruebas, contundentes –por así decirlo-, de la conexión FARC-Venezuela-Ecuador-Nicaragua (Chàvez y Correa ya las han reachazado). No pasarán muchos días, creo yo –quizá como ironía-, en la que también demuestres la conexión con Bolivia y Cuba. Por supuesto, Brasil y Perú, limítrofes con tu país, serán meros espectadores, porque a los ojos del mundo, de los señores del mundo, no les interesa desafiar a gobiernos más o menos cómplices de este orden mundial que nos ningunea a cada paso.
Igual, como lo hice suponer, no pienso que Venezuela o Ecuador empiecen una guerra contra Colombia (“contra” no quiere decir “victimizar”). Pero, conociendo las tácticas de EEUU, no vaya a ser que un día de estos nos madruguemos con la noticia de que Venezuela atacó sin razón a un batallón colombiano en algún lugar de la Mancha, de cuyo nombre no me acuerdo. Es que la historia me viene en vaivenes y refucilos: el auto ataque del buque Maine, que comenzó la guerra Hispano-Estadounidense; el suceso del Lusitania, en la Primera Guerra Mundial; la mentira del USS Madox, en el golfo de Tolkín, para invadir Vietnam; el dudoso caso Bin Laden-Torres Gemelas-CIA-Bush-Petróleo; las bombas de destrucción masiva en Irak; y el terminante etcétera, que no sería otra cosa que una aplicación en otros países -en este caso Colombia- de la operación Northwoods.
Ay Uribe, lo único que unía a todos era el acuerdo humanitario. Sólo estás logrando la división que tanto fomenta EEUU, que es el único que hasta el momento te prestó el apotyo. Argentina, por su lado, ya condenó los hechos, y Francia se lamentó porque mataron a su conexión con Betancourt. A su vez, el ultra conservador presidente de Perú, Alan García, calificó de "inaceptable" la invasión del territorio ecuatoriano. De igual manera, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, señaló: "No podemos estar de acuerdo en que no se respeten las fronteras y lamentamos que Ecuador se haya sentido agredido". También, el jefe de Estado de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, condenó la "agresión a la soberanía" y abogó porque "este conflicto se pueda resolver sin poner en riesgo la paz y la estabilidad en la región". Ay, Uribe, te estás quedando solo…