Es cierto que hay quienes confunden la justicia con la venganza cuando intentan promover el olvido en nombre de la paz social (como la mugre de los Macri y los Sobisch). Un acierto es haber anulado las leyes del perdón (Punto Final y Obediencia debida), pero de qué sirve abrir museos, descolgar cuadros, establecer feriados y llenarse la boca hablando de los derechos humanos, cuando Kirchner hace de los centros clandestinos de detención unas reliquias de la memoria sin siquiera abrir las listas de los oficiales que en ellos trabajaron. ¿Acaso los archivos de la SIDE sufren de fotofobia? Con esto, el aparato represivo sigue haciendo de las suyas. Hace un año que no aparece Julio López, que no anda en la casa de ninguna tía, como sugirieron desde el gobierno, y en nada quedó el caso Gerez. Los indultos menemistas no han sido anulados y más del 90% de los represores andan como Juan por su casa. Será que el diablo los cría y ellos se juntan: Kirchner apoyó a Alperovich en Tucumán en las últimas elecciones a gobernador, quien, a su vez, tenía el respaldo de la lista 185, denominada de Reivindicación Histórica y Social, cuyos miembros se autoproclaman como ex combatientes del Operativo Independencia y reivindican la última dictadura militar.
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El Congreso, controlado por K, aprobó la LEY ANTITERRORISTA que tanto pidió el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) para promover las inversiones en Argentina, amenazándola con efectuar un dictamen en su contra para advertir, si no se aprueba la ley, sobre los "peligros de la economía argentina", que sería un posible caldo de cultivo del financiaminento del terrorismo internacional. La ley incorpora al Código Penal un artículo con severas condenas. Las penas previstas son de 5 a 20 años de reclusión o prisión "al que tomara parte" de una asociación ilícita destinada a "aterrorizar a la población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo". Kirchner cedió ante la presión estadounidense y británica -que controlan al GAFI- en el hecho de utilizar el concepto de "terrorismo" para desbaratar "bandas de delincuentes". Como sabemos, la historia argentina reciente demuestra cómo se utilizó este concepto en nuestro país: 30 mil desaparecidos fue la consecuencia. Mientras tanto, el aparato represor sigue en pie y muchos engranajes de este sistema aún están en la SIDE, en la Policía Federal y en las Fuerzas Armadas; justamente estas entidades son quienes están a cargo, según la nueva ley facista, de "encontrar" a esos "terroristas" a como dé lugar. En buenas manos estamos.
El Congreso, controlado por K, aprobó la LEY ANTITERRORISTA que tanto pidió el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) para promover las inversiones en Argentina, amenazándola con efectuar un dictamen en su contra para advertir, si no se aprueba la ley, sobre los "peligros de la economía argentina", que sería un posible caldo de cultivo del financiaminento del terrorismo internacional. La ley incorpora al Código Penal un artículo con severas condenas. Las penas previstas son de 5 a 20 años de reclusión o prisión "al que tomara parte" de una asociación ilícita destinada a "aterrorizar a la población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo". Kirchner cedió ante la presión estadounidense y británica -que controlan al GAFI- en el hecho de utilizar el concepto de "terrorismo" para desbaratar "bandas de delincuentes". Como sabemos, la historia argentina reciente demuestra cómo se utilizó este concepto en nuestro país: 30 mil desaparecidos fue la consecuencia. Mientras tanto, el aparato represor sigue en pie y muchos engranajes de este sistema aún están en la SIDE, en la Policía Federal y en las Fuerzas Armadas; justamente estas entidades son quienes están a cargo, según la nueva ley facista, de "encontrar" a esos "terroristas" a como dé lugar. En buenas manos estamos.
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