Suavecito para abajo, para abajo, para abajo...

¿Qué dirá Fukuyama? ¿Cuál será el Fin de la Historia? Cayó el muro y el capitalismo se encargó de levantar los suyos. Se derrumba en este ciclo un modelo mundial. El seno mismo del capitalismo financiero tambalea con su propia medicina; la misma que durante años nos recetó a los países que nacimos en el tercero de los mundos. Se escuchan voces desde Francia sobre cómo reformular el Capitalismo. Keynes se levanta de la tumba y da algunas indicaciones. Algunos creen que lo entienden. ¿Podrá Keynes? ¿El pueblo estadounidense se encargará de barrer los platos rotos que la especulación financiera privada produjo en Wall Street? ¿Cuántos bancos más se desbancan y caen? ¿Efecto Jazz, Cristina? Los negros pobres y marginados que lo crearon seguramente estarán orgullosos de darle el nombre a una explosión económica que le es ajena.

Un juez y un presidente entendidos en entendimiento humano.

Terminaba el partido de Gimnasia de Jujuy con Argentinos Juniors. –Bolivianos-, le grita el árbitro, Saúl Laverni, a los jugadores del club jujeño que le protestaban. El juez, muchas veces, para no parar en Jujuy por “incomodidad”, se aloja a 100 kilómetros, en Salta, “que tiene vida nocturna”. Un año antes, Laverni, frente a Independiente, le dijo a un jugador jujeño que rezongaba: -cállese, juegue, son bolivianos-. De los dichos del juez se entera el presidente del club, Raúl Ulloa (hermano de Néstor Ulloa, el ex presidente del Fideicomiso Banco Nación, enrolado en el escándalo del caso Skanska). Ulloa lo increpa al árbitro en pleno campo de juego: –no voy a permitir que aquí me llamen boliviano-. Uno se creyó muy vivo intentando humillar, el otro, el defensor de causas perdidas, reconoció la “bajeza” a la que lo asemejaban y así respondió. Ambos estaban convencidos que ser boliviano es un insulto. Como en España, si nos llaman “sudacas”… con todo orgullo.

domingo, 22 de abril de 2007

Adivina adivinanza.

Adivina adivinanza: qué ecologista y docto, experto en biodiversidad, dijo: “Sé que los seres humanos y los peces podrán coexistir en paz”. Adivina adivinador, quién es este ambientalista que con mucha coherencia y lucidez sentenció: “No es la contaminación la que amenaza al medio ambiente, sino la impureza del aire y del agua”; a él se le acalambraron las neuronas al dar una solución paradigmática que bien puede tener en cuenta la Academia Sueca para el premio Nóbel, y que absuelve de toda culpa y cargo a los piromaniacos: “Para acabar con los incendios forestales, hay que talar los bosques”.

Quién es este señor, licenciado en ciencias sociales, que estudió criminología y aplicó su teoría en la práctica para llegar a esta sorprendente conclusión: "Cuando me preguntaron quién provocó la revuelta y las muertes en…, mi respuesta fue directa y simple: ¿A quién debemos culpar por la revuelta? A los revoltosos. Los revoltosos son los culpables. ¿A quién debemos culpar por las muertes? Los que mataron son los culpables”.

A quién me refiero cuando hablo de un hombre que ha escrito grandes obras filosóficas, sociales y políticas, típicas de un librepensador de su porte, que nos hace recapacitar con cada palabra, con cada idea, con cada frase, lejos de toda evidencia: “La ilegitimidad es algo de lo que tenemos que hablar en términos de no tenerla”, “Hay que estar preparado para cualquier imprevisto que pueda ocurrir o no”. “Queremos que cualquiera que pueda encontrar un trabajo sea capaz de encontrar un trabajo”[1]. “Sé que en Washington hay muchas ambiciones. Es natural. Pero espero que los ambiciosos se den cuenta de que es más fácil triunfar con un éxito que con un fracaso”[2]. “Un número bajo de votantes es una indicación de que menos personas están yendo a votar”.

Instruido en Economía, con calculadoras en la mano y con curvas en los gráficos, nos enseñó: “Es importante entender que hay más intercambios comerciales que comercio”[3]. Podría haberse graduado de la escuela de mercados Karina Jelinek, cuando explicó su innovación: “La gran mayoría de nuestras importaciones vienen de fuera del país”, “Recientemente me entrevisté con el ministro de Finanzas de la Autoridad Palestina, y me impresionó mucho que entendiera tanto de finanzas”.

¿Aún no sabe de quién se trata? Con estas pistas, adivinador, adivinarás:

Qué sabio es este que tan bien entiende geografía y demografía: “He hablado con Vicente Fox, presidente de México, para tener petróleo que enviar a Estados Unidos. Así no dependeremos del petróleo extranjero”[4]. Cuando se entrevistó con el entonces presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, boquiabierto le preguntó: ¿Ustedes también tienen negros?[5] Con maestrías en Historia, nos brindó sus conocimientos al indicar que “(su) viaje a Asia comienza en Japón por una razón importante. Comienza aquí porque desde hace siglo y medio América (refiriéndose a EUA) y Japón han formado una de las mayores y más duraderas alianzas de los tiempos modernos. De esta alianza salió una era de paz en el Pacífico”[6]. Claro que este dicho contradice uno de los hechos más evidentes de la Historia Universal: a mediados del siglo XX esa “era de paz” no fue tan así: EUA y Japón fueron enemigos íntimos, luego del ataque a Pearl Harbor, durante la Segunda Guerra Mundial.

Dime quién te educa y te diré quién eres. “El sistema de educación pública es uno de los fundamentos de nuestra democracia. Después de todo, es donde los niños de América aprenden a ser ciudadanos responsables, y aprenden las habilidades necesarias para aprovechar las ventajas de nuestra sociedad oportunista”[7].

Pérez anda, gil camina. Tonto el que no lo adivina.

Locuaz, verborrágico, retórico, lenguaraz: en su estrado da respuestas que asombran. ¿Te doy más pistas? Cuando le preguntaron cuál fue el mejor momento de su presidencia, él contestó: “Yo diría que el mejor momento de todos fue cuando atrapé una trucha de 7.5 libras en mi lago”. Cuando se presentó en el área de Cuidado para Amputados, todos víctimas de la guerra, en el Centro Médico Militar de Texas, contó su anécdota: “Como quizá puedan ver, yo también tengo una herida (por un) combate con un cedro. Eventualmente vencí. El cedro me dio un pequeño ramillón…”; y luego coronó su compasión con el siguiente saludo: “Estoy orgulloso de estrechar la mano de un valiente ciudadano iraquí a quien Saddam Hussein le cortó la mano”.

Pero en la materia en la que él se perfeccionó durante años es en Políticas Terroristas. En un discurso en Bruselas, habló sobre sus tácticas para las futuras aventuras comerciales –obviamente, en nombre del terrorismo que afecta al libre mercado-: “Esa idea de que EEUU está preparándose para atacar Irán es simplemente ridícula. Una vez dicho esto, todas las opciones están sobre la mesa”. Entendido en pacifismo, afirmó: “El embajador y el general me estaban informando que la amplia mayoría de los iraquíes quiere vivir en un mundo pacífico y libre. Y vamos a encontrar a esta gente y la vamos a ajusticiar”. Quizá por un descuido del inconsciente, tal vez por olvido de la conciencia, es que la verdad empieza a flotar: “Ellos -los terroristas- nunca dejan de pensar en formas nuevas de dañar a nuestro país y a nuestro pueblo. Y nosotros tampoco”[8]. Y la verdad no sólo flota, por negligencia también respira: “Estamos empeñados en trabajar para llevar el nivel de terror a un nivel aceptable para ambas partes[9]. Y su verdadera intención camina descalza en los caminos del disimulo, pidiendo disculpas por molestar: “Sabes, una de las partes más duras de mi trabajo es conectar Irak con la guerra contra el terror"[10].

Grita democracia, pero exporta dictaduras. Es un genocida, pero se jacta de su preocupación por los derechos humanos. Está al servicio de las industrias bélicas, pero expresa ser servidor de la paz. Sueña libertades, pero impone cadenas. Dice arremeter contra los terroristas, pero no tiene planes de bombardear su rancho en Texas. ¿Quién es este carnicero?


Nota de despedida: Este nefasto personaje, consciente de que “(ha) actuado con buen criterio en el pasado y (ha) actuado con buen criterio en el futuro”, decide no rectificarse: “Yo mantengo todas las declaraciones equivocadas que hice”. Y lo hace. Somos concientes.
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Respuesta correcta: ¿Es evidente?: George W. Bush. (remarcar con el mouse para ver la respuesta)
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[1] Programa 60 minutos II, 5/12/00.
[2] Entrevista a la Associated Press, 18/01/01.
[3] Cumbre de las Américas, Québec, Canadá, 21/04/01.
[4] Primer debate presidencial, EEUU, 10/03/00.
[5] San Pablo, Brasil, 28/04/02.
[6] Tokio, Japón, 18/02/02.
[7] 15/05/02.
[8] Casa Blanca, EEUU, 2005.
[9] Washington, EEUU, 2/10/01.
[10] Entrevista en CBS News, septiembre de 2005.