Suavecito para abajo, para abajo, para abajo...

¿Qué dirá Fukuyama? ¿Cuál será el Fin de la Historia? Cayó el muro y el capitalismo se encargó de levantar los suyos. Se derrumba en este ciclo un modelo mundial. El seno mismo del capitalismo financiero tambalea con su propia medicina; la misma que durante años nos recetó a los países que nacimos en el tercero de los mundos. Se escuchan voces desde Francia sobre cómo reformular el Capitalismo. Keynes se levanta de la tumba y da algunas indicaciones. Algunos creen que lo entienden. ¿Podrá Keynes? ¿El pueblo estadounidense se encargará de barrer los platos rotos que la especulación financiera privada produjo en Wall Street? ¿Cuántos bancos más se desbancan y caen? ¿Efecto Jazz, Cristina? Los negros pobres y marginados que lo crearon seguramente estarán orgullosos de darle el nombre a una explosión económica que le es ajena.

Un juez y un presidente entendidos en entendimiento humano.

Terminaba el partido de Gimnasia de Jujuy con Argentinos Juniors. –Bolivianos-, le grita el árbitro, Saúl Laverni, a los jugadores del club jujeño que le protestaban. El juez, muchas veces, para no parar en Jujuy por “incomodidad”, se aloja a 100 kilómetros, en Salta, “que tiene vida nocturna”. Un año antes, Laverni, frente a Independiente, le dijo a un jugador jujeño que rezongaba: -cállese, juegue, son bolivianos-. De los dichos del juez se entera el presidente del club, Raúl Ulloa (hermano de Néstor Ulloa, el ex presidente del Fideicomiso Banco Nación, enrolado en el escándalo del caso Skanska). Ulloa lo increpa al árbitro en pleno campo de juego: –no voy a permitir que aquí me llamen boliviano-. Uno se creyó muy vivo intentando humillar, el otro, el defensor de causas perdidas, reconoció la “bajeza” a la que lo asemejaban y así respondió. Ambos estaban convencidos que ser boliviano es un insulto. Como en España, si nos llaman “sudacas”… con todo orgullo.

viernes, 27 de junio de 2008

Al fin: la inflación está por el suelo.

(Mayo 2008) ¡Bajó la Inflación! Se acabarán nuestros problemas. Ahora somos los más kirchneristas entre los kirchneristas. Sí, tener dos lenguas es algo atrayente. ¡Tener doble moral también! Vamos todos, compremos terrenos en todo el país. Hagámonos con nuestra tierrita y la trabajemos, así esta nación, de la mano de nuestro excelentísimo matrimonio presidencial, sale adelante. ¿Cómo es esto? Es que ya no son sólo los Kirchner los que se compran en El Calafate miles de hectáreas a $7,50 el metro cuadrado. No, ya no. Ahora también el director de la Casa de Santa Cruz en Buenos Aires, Mario Mateza, se suma a la oferta: compró en la localidad de Los Antiguos casi 3 mil metros cuadrados, al precio de $1 el metro cuadrado (algo así como 0,20 euros). Claro que esta baja en la inflación depende de la localidad. En El Calafate está un poco más cara y es un poco más selecta. Vamos, los precios están, al fin, accesibles para todos. Compremos tierras. Repartámosla equitativamente… Y como cereza del postre, todo el campo que se compró Mario Mateza no es para donarlo a la Sociedad de fomento de la Araucaria y Bichos Raros, sino que es para hacer una posada para “selectos visitantes”; o sea, para ninguno de nosotros.