No se cansaron los medios de afirmar que la operación de Chávez en Colombia era un acto circense, una mera venta de humo, un espectáculo para subir su alicaída imagen (que propugnan e imponen los informantes). Algunos llegaron a afirmar que Chávez les había pagado a las FARC el rescate y que toda la mediatización era una absurda propaganda porque ya estaba todo arreglado. Ahora que no hay humo, que no hay circo y que no le benefició al venezolano "haber armado a propósito semejante espectáculo", los medios afirman que la falta de entrega de los rehenes fue un contundente fracaso del presidente bolivariano. Pero, ¿no era que estaba todo arreglado? ¿Dónde quedó el discurso de la función del séptimo arte? ¿Quién se benefició con esta tremenda exposición teatral? ¿Por qué Uribe no dijo mucho tiempo antes que Emmanuel estaba en sus manos? ¿Por qué no liberó el paso para que las FARC entreguen a las otras dos personas que tenían en sus manos -pues sí hubieron operaciones militares durante el frustrado rescate-? El fracaso de Chávez, le dijeron al mundo. Y Uribe, el que todo lo impidió, saltó en una pata ante los aplausos de los medios. En Colombia, por suerte, la población no está tan satisfecha con este operar (que sólo engorda las arcas de la industria bélica norteamericana). Si las FARC mintieron, o tuvieron un error técnico de información interna, en nada benefició a Chávez. Por qué siguen insistiendo en las realciones carnales entre la guerrilla y él. El problema sigue siendo que el gobierno de Colombia, aliado de EEUU, sigue poniendo vallas a todo tipo de acuerdo.