Suavecito para abajo, para abajo, para abajo...

¿Qué dirá Fukuyama? ¿Cuál será el Fin de la Historia? Cayó el muro y el capitalismo se encargó de levantar los suyos. Se derrumba en este ciclo un modelo mundial. El seno mismo del capitalismo financiero tambalea con su propia medicina; la misma que durante años nos recetó a los países que nacimos en el tercero de los mundos. Se escuchan voces desde Francia sobre cómo reformular el Capitalismo. Keynes se levanta de la tumba y da algunas indicaciones. Algunos creen que lo entienden. ¿Podrá Keynes? ¿El pueblo estadounidense se encargará de barrer los platos rotos que la especulación financiera privada produjo en Wall Street? ¿Cuántos bancos más se desbancan y caen? ¿Efecto Jazz, Cristina? Los negros pobres y marginados que lo crearon seguramente estarán orgullosos de darle el nombre a una explosión económica que le es ajena.

Un juez y un presidente entendidos en entendimiento humano.

Terminaba el partido de Gimnasia de Jujuy con Argentinos Juniors. –Bolivianos-, le grita el árbitro, Saúl Laverni, a los jugadores del club jujeño que le protestaban. El juez, muchas veces, para no parar en Jujuy por “incomodidad”, se aloja a 100 kilómetros, en Salta, “que tiene vida nocturna”. Un año antes, Laverni, frente a Independiente, le dijo a un jugador jujeño que rezongaba: -cállese, juegue, son bolivianos-. De los dichos del juez se entera el presidente del club, Raúl Ulloa (hermano de Néstor Ulloa, el ex presidente del Fideicomiso Banco Nación, enrolado en el escándalo del caso Skanska). Ulloa lo increpa al árbitro en pleno campo de juego: –no voy a permitir que aquí me llamen boliviano-. Uno se creyó muy vivo intentando humillar, el otro, el defensor de causas perdidas, reconoció la “bajeza” a la que lo asemejaban y así respondió. Ambos estaban convencidos que ser boliviano es un insulto. Como en España, si nos llaman “sudacas”… con todo orgullo.

martes, 22 de enero de 2008

Miedo a los medios.

No se cansaron los medios de afirmar que la operación de Chávez en Colombia era un acto circense, una mera venta de humo, un espectáculo para subir su alicaída imagen (que propugnan e imponen los informantes). Algunos llegaron a afirmar que Chávez les había pagado a las FARC el rescate y que toda la mediatización era una absurda propaganda porque ya estaba todo arreglado. Ahora que no hay humo, que no hay circo y que no le benefició al venezolano "haber armado a propósito semejante espectáculo", los medios afirman que la falta de entrega de los rehenes fue un contundente fracaso del presidente bolivariano. Pero, ¿no era que estaba todo arreglado? ¿Dónde quedó el discurso de la función del séptimo arte? ¿Quién se benefició con esta tremenda exposición teatral? ¿Por qué Uribe no dijo mucho tiempo antes que Emmanuel estaba en sus manos? ¿Por qué no liberó el paso para que las FARC entreguen a las otras dos personas que tenían en sus manos -pues sí hubieron operaciones militares durante el frustrado rescate-? El fracaso de Chávez, le dijeron al mundo. Y Uribe, el que todo lo impidió, saltó en una pata ante los aplausos de los medios. En Colombia, por suerte, la población no está tan satisfecha con este operar (que sólo engorda las arcas de la industria bélica norteamericana). Si las FARC mintieron, o tuvieron un error técnico de información interna, en nada benefició a Chávez. Por qué siguen insistiendo en las realciones carnales entre la guerrilla y él. El problema sigue siendo que el gobierno de Colombia, aliado de EEUU, sigue poniendo vallas a todo tipo de acuerdo.